Somos parte de una esfera azul, somos parte de la pachamama, somos hijos e hijas de Abya Yala. Abya Yala es el atributo original de América, es “la tierra de la sangre vital” ya que mucho nos ha dado y mucho nos sigue dando. Hoy los pueblos de esa tierra, retoman esta “palabra” y la remarcan y la gritan en alto, porque es su verdadero atributo y no nombre, no se puede nombrar aquello que no nos pertenece. En realidad, nosotros pertenecemos a ella, a la tierra. Nuestra identidad está ligada al lugar de donde procedemos, a su historia y, actualmente, vemos que, aunque todos los mundos humanos estén separados, la misma tierra es “nuestro” hogar. Por tanto, es necesario reconocer nuestro origen para poder reconocer que todos somos parte del mundo entero, se hace necesario afirmar la raíces para poder avanzar hacia un mundo más comprensivo, menos excluyente y menos represor.

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Incluidos en la historia de la cultura occidental europea por medio de la colonización,  hemos pagado este hecho con sangre, con despojo y con muerte. La historia nos da la razón, nos dice que las conquistas e invasiones nunca han acabado, nos dice que ahora siguen habiendo potencias que esclavizan y masacran. Y esto nos lleva a huir de nuestro origen, nos lleva a emigrar y a exiliarnos en esos países extraños donde  muchas veces no somos bien recibidos.  En esos países olvidamos aún más nuestras raíces. Inmers@s en otras culturas, nos obligamos a callar las nuestras, a esconderlas por temor a la burla o al rechazo. En el afán de poder subsistir por los medios económicos, no nos queda tiempo de pensar, de reflexionar sobre el porqué de emigrar, sobre nuestros orígenes y sobre lo que somos en el presente; no vemos nuestro lugar en el mundo. Pero esto se acaba poco a poco, hoy cada vez más pueblos nos levantamos y nos afirmamos. Se acabó la victimización y con ello el “ser víctimas”. Si no hacemos nada nostr@s, nadie lo hará.

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Elegimos el camino de la autodeterminación. Hemos elegido un camino propio que derrumbe las fronteras tanto físicas como mentales. Haremos ver a la cultura occidental que no somos ni mejores ni peores, que simplemente somos como ell@s con otras formas de ver el mundo. Mediante nuestro arte y nuestra cultura, afirmamos este hecho. Decimos que sí, que tenemos parte de la esencia occidental pero también la propia nuestra. Decimos que ellos tienen también nuestra esencia porque muchos de los que fueron tuvieron descendencia en Abya Yala y está, a su vez, volvió a las tierras europeas llevándose con ell@s parte de la “sangre vital”. Propiciaremos este cambio desde la unión, desde la asociación de las personas que se identifiquen con estos hechos. Repetimos que desde el arte con sus distintas expresiones (escultura, cerámica, música, pintura…) y la cultura, desde la revisión de la historia y los motivos detrás de cada hecho histórico, podremos reconstruir una identidad como personas y como pueblo. Nuestro objetivo es ahora afirmarnos en las tierras donde nos hemos visto obligad@s a marchar. Nuestro objetivo es hacernos ver como personas y no como sujetos de producción, es acabar con esa visión negativa de racialización, exotismo y en definitiva racista, enseñando que mucho de lo nuestro también lo llevan impreso en la cultura occidental moderna. Una vez nos hayamos identificado y reconocido por medio de las expresiones del arte y de la cultura, habremos entrado en un ámbito de igualdad con la cultura occidental para así poder empezar un proceso de asimilación verdadera por parte de ambas. En condiciones de igualdad, reconocimiento y respeto ninguna cultura avasallará a otra y, de esta manera, se puede iniciar una marcha hacia la interculturalidad que nos eleve como humanos y nos una como especie, hacia un respeto mayor por la naturaleza, por otras culturas y formas de vivir.

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Desde esta necesidad, nace la Asociación Cultural Abya Yala. En definitiva, nos dirigimos hacia un empoderamiento personal y recalcamos el empoderamiento de la mujer porque, si decimos que la tierra es nuestra madre (pachamama), la mujer como dadora de vida debe tener un papel fundamental. Debemos repensar lo que somos como personas inmigrantes procedentes de Abya Yala y descolonizar nuestras mentes. Nuestros hermanos y hermanas de cualquier procedencia podrán acompañarnos de igual manera si trabajamos hombro con hombro, viéndonos de forma verdadera sin prejuicios, comprendiendo los hechos que hay detrás de cada persona y la historia común que nos envuelve como human@s, hij@s de la tierra.